El objetivo principal de la entrevista, es conocer la gestión de la lencería del departamento de Servicios Generales y Hostelería en el Hospital Universitario de Fuenlabrada durante la pandemia. Esta gestión se está llevando a cabo a través de un carrusel de almacenaje y dispensación automática de uniformidad: Modelo: B2k.fabricado por Metalprogetti y distribuido por Boaya.
Durante la pandemia, el Hospital Universitario de Fuenlabrada ha demostrado una profesionalidad y eficiencia fuera de toda duda al instalar un hospital de campaña y un hotel medicalizado en 48h. Además, el hospital ofrece en la actualidad más de 410 camas para la asistencia sanitaria madrileña.
Los pacientes, independientemente de la tipología del hospital, tienen unas necesidades que cubrir, tanto respecto a los tratamientos médicos que precisen, como en lo referente a la cobertura hostelera. Respecto a esto último, el departamento de Servicios Generales y Hostelería debe suministrar, entre otros servicios, ropa de cama y todo lo que concierne a la uniformidad hospitalaria (paciente y profesional). Las prendas deben encontrarse en perfecto estado, no solo en apariencia, sino en términos de higiene.
¿Cuál es la mejor gestión de uniformes y ropa de cama en hospitales?
En la primavera de 2020 el Hospital Universitario de Fuenlabrada puso en marcha un sistema de almacenaje y dispensación automática de prendas para poder desarrollar un servicio impecable en cuando higiene y presentación de la ropa. Este “carrusel” está compuesto por dos puertas automáticas de entrega y una unidad de devolución de ropa sucia. Tanto el usuario como las prendas se controlan con la asignación de Tags UHF a las tarjetas identificativas.
Al preguntarle a Paula de la Peña Chico, gobernanta de Servicios Generales y Hostelería del hospital, cuáles han sido los beneficios fundamentales de dicha herramienta, ella resaltó cuatro puntos: Flexibilidad, Recursos Humanos, Servicio e Información real de los consumos.
La Comunidad de Madrid tuvo que contratar a miles de profesionales para poder afrontar la pandemia y, en este sentido, el Hospital Universitario de Fuenlabrada experimentó un crecimiento superior al 50%, de 1.800 pasó a 2.800 trabajadores (además de los estudiantes de diferentes categorías o niveles educativos reglados que realizan las prácticas en el centro). Durante este tiempo el carrusel ha ofrecido un servicio ininterrumpido las 24h los 365 días del año, y se ha ido adaptando a las distintas olas de la pandemia. Esta flexibilidad no solo se ha fundamentado en la capacidad de adaptarse al número de usuarios, sino a la tipología de ropa.
Actualmente, se desconoce el número de personas que se encontrarán trabajado en el hospital a finales de año (el SERMAS ratificó hace poco a más de 8700 trabajadores asistenciales hasta diciembre de 2021).
La uniformidad de profesionales en el hospital tiene una amplia gama de color, utilizando 8 colores en 7 tallas diferentes. Esta paleta de colores sirve para facilitar al paciente y a su acompañante la interlocución con los distintos profesionales del centro, tanto en la parte asistencial o administrativa como en la parte de gestión de todos los servicios proporcionados por el hospital, consiguiendo así una mejor calidad de la asistencia sanitaria. Además, hay que tener en cuenta que, con el uso de la mascarilla se ha despersonalizado la relación paciente/profesional y resulta más complicado identificar a las personas. En este sentido, los colores de los uniformes facilitan una identificación más rápida y eficiente. La utilización de ropa personalizada es fácilmente gestionable a través del carrusel, ya que permite el almacenaje de una gran variedad de prendas, a diferencia de otros sistemas de dispensación.
Respecto a la Gestión de Recursos Humanos, Paula comenta: “Las tareas de nuestros recursos humanos han cambiado gracias al carrusel consiguiendo hacerlas más eficientes” antes de disponer del carrusel, el equipo del logístico de Servicios Generales y Hostelería del hospital invertía casi una jornada en las tareas de recepcionar, clasificar, almacenar y dispensar las prendas de uniformidad en un mostrador de lencería manual. Actualmente, estas mismas tareas se realizan en 30 minutos. Por consiguiente, este mismo equipo ha podido reducir los tiempos de entrega de lencería para pacientes y optimizar el resto de tareas que realiza el área.
Antes de la implementación del Carrusel, el hospital ofrecía un servicio de entrega manual de uniformidad limitado en horarios (L-V 7-10 h, 14-16h y 21-22h). Esto condicionaba no solamente al personal del hospital, sino al Departamento de Servicios Generales y Hostelería, que debía contar con suficiente personal para poder realizar el reparto de las prendas en esas franjas horarias. Durante la pandemia, el hospital ha valorado positivamente este nuevo sistema de almacenaje/ dispensación, pudiendo ofrecer el servicio las 24h del día los 365 días del año.
Por último, el gran avance que ha obtenido el departamento ha sido el acceso a la información que se puede obtener de los datos del sistema. El software que se utiliza permite obtener en tiempo real la información esencial para gestionar la lencería del hospital. Por ejemplo, al permitir la identificación del usuario, se evitan malas prácticas y se obtiene un uso correcto de la uniformidad (el software permite conocer si el usuario ha devuelto la prenda y si su crédito ha sido restituido). Por otro lado, al conocer automáticamente el contenido de prendas en el almacén y su demanda diaria, la relación con el proveedor de lavado mejora sustancialmente (el hospital puede anticipar sus necesidades en cuanto al tipo y cantidad de ropa que necesita en cada momento).
Más de 50 años vinculados con el lavado industrial de ropa otorgan a Boaya legitimidad suficiente para afirmar que la higienización textil adquiere una dimensión superior mediante la utilización del B2K de Metalporegetti. A través de este sistema se previene la contaminación cruzada, al evitar que el profesional lave la ropa sanitaria en su propia casa y, con ello, transporte los posibles virus o elementos patógenos que pudieran contener las prendas. Además, a diferencia de otros sistemas de dispensación, existe mínima manipulación en el almacenaje y en la dispensación (lo que deriva en una menor exposición entre el personal durante la entrega).
Al dinamizar los espacios de lencería, se evita que el hospital almacene ropa plastificada, en muchas ocasiones húmeda, evitando también las estanterías como foco de suciedad.
Sin la implicación de la Dirección del Hospital, la implementación de los sistemas de dispensación sería imposible. En este caso, la Dirección Económico-Financiera del Hospital Universitario de Fuenlabrada, con su director José Antonio Visedo a la cabeza, ha conseguido formar un equipo, junto con el departamento de Servicios Generales y Hostelería, para trasladar al usuario los beneficios que aporta esta automatización de almacenaje y dispensación de uniformidad de personal, derivando a su vez en beneficio para los pacientes del Hospital.
Como conclusión, se puede confirmar que el Hospital Universitario de Fuenlabrada se encuentra ahora mejor preparado en caso de tener que afrontar futuras olas pandémicas, ya que ha conseguido un uso más responsable de los bienes textiles. Además, mediante la instalación de este sistema de dispensación, se ha logrado una utilización más eficiente de sus recursos, beneficios que se reportan en el día a día de un hospital y de todas sus áreas. Existen datos públicos que constatan que este tipo de inversiones se amortizan en menos de 5 años, gracias a la optimización de recursos humanos, compra de ropa, y aprovechamiento de los m² del hospital, etc.
Queremos agradecer a todo el Hospital, y en concreto a la Dirección Económico-Financiera y de Servicios Generales y al equipo de Servicios Generales y Hostelería, el trabajo que desempeñan en la lucha por frenar el avance de la pandemia y por hacer la estancia del paciente más confortable y corta.